El contenido que generan las páginas web ya no se ciñe solo a artículos escritos. El videocontenido ha ganado mucho peso en los últimos años gracias a la mejora en la velocidad de las conexiones a Internet (tanto domésticas, con la llegada de la fibra, como móviles, gracias al 4G). Además, el estándar HTML 5 y la desaparición progresiva de flash ha conseguido que los usuarios accedan a este tipo de contenido de manera más sencilla y efectiva. Como consecuencia de esta evolución, el formato vídeo ha ganado presencia en todo tipo de dispositivos como elemento fundamental de comunicación corporativa. Todas las grandes marcas apuestan por su uso en las redes sociales por una simple razón: funciona.
Adiós al dominio absoluto de Youtube
Youtube ha sido el portal de referencia para visualizar vídeos durante muchos años, pero tanto Facebook como Twitter o Instagram, han conseguido hacerse un hueco gracias a la creatividad de los anunciantes y a la originalidad de sus usuarios. Como consecuencia de esto y según datos de IAB, alrededor de un 75% de las empresas que se promocionan en las redes sociales ha probado este formato con éxito, y la importancia de Facebook en esta ecuación es evidente.
Apuesta por el vídeo para mejorar tu SEO y tu imagen de marca
En Facebook se pueden colgar vídeos de hasta 120 minutos, lo que lo hace ideal para los usuarios que quieren compartir sus creaciones. No obstante la apuesta de las empresas es clara: apostar por los vídeos cortos y directos, que muestren el mensaje rápidamente para que el usuario no pierda el interés. Las estadísticas dicen que la mitad de los usuarios de Facebook ve al menos un vídeo al día, así que su efectividad queda demostrada.
Pero no te ciñas solo al vídeo tradicional y apuesta por nuevos formatos. El vídeo 360 permite al usuario interactuar con el mismo y elegir qué ver y a dónde mirar en cada momento. Este tipo de formatos son muy populares y logran unas tasas de conversión mucho mayores que la de los vídeos tradicionales.
Twitter lanzó hace tiempo Vine, un formato de vídeo en bucle que imita a los GIFs y que ha sido perfecto para mostrar situaciones (casi siempre cómicas) en pocos segundos. Este tipo de vídeos funciona fenomenal para viralizar contenido, con lo que pese a que no se monetiza fácilmente, puede ser una estrategia muy interesante si buscamos mejorar nuestro ‘brand awareness’.
Instagram no quiere quedarse atrás y ofrece la posibilidad de ofrecer vídeos de hasta 60 segundos y con una relación de aspecto recomendada de 1:1 (por eso de mantener la esencia ‘hipster’ de la aplicación).
Cisco Systems asegura que las visualizaciones de vídeo en móvil se multiplicarán por 14 entre 2013 y 2018, y por la tendencia actual es más que posible que eso ocurra.
Contenido, brevedad, mensaje
Un buen vídeo promocional debe cumplir tres requisitos básicos:
- El contenido tiene que ser interesante para tu público objetivo. No intentes vender la moto directamente. Crea vídeos que ofrezcan algo nuevo, incluso aunque tu marca aparezca solo de refilón. Si consigues enganchar a la gente a tus producciones, está hecho.
- Lo bueno, si es breve, dos veces bueno. Un anuncio o ‘clip’ de 10 segundos es preferible a uno de 60 en la mayor parte de los casos. Con diez segundos los usuarios pueden llegar a captar la esencia fácilmente, y redes sociales como Twitter e Instagram donde la mirada se posa solo unas décimas de segundo en cada tuit o imagen, es vital no cortar esa dinámica con algo largo y pesado.
- Pero nada de esto servirá si no tenemos claro el mensaje: ¿qué quiero transmitir? Puede una emoción, unos valores, una idea, un concepto. Tiene que resultar atrayente desde el segundo uno, enganchar a la mitad y contar con una conclusión sólida. En pocos segundos el mensaje tiene que calar para ser efectivo. Aquí está la mayor dificultad para conseguir una buena promoción.
